"La única lucha que se pierde es la que se abandona". El relato de Camilo Juárez País
En el marco del Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, hoy Camilo Juárez País, militante de la agrupación H.I.J.O.S Capital y miembro de la Secretaría de Derechos Humanos, cuenta su historia y la de sus padres, víctimas que ha dejado la última dictadura militar Argentina.
- ¿Quién sos? ¿Qué significa para vos el 24 de marzo?
- Mi nombre es Camilo Juárez País, soy hijo de Alicia Rosalía País y Enrique José Juárez. Ambos fueron víctimas del terrorismo de Estado, por lo cual el 24 de marzo siempre ha sido un día de dolor para mí y para mi familia; pero a partir de los últimos años se ha transformado este día de tanto dolor en un día de reconocimiento a quienes resistieron a esta dictadura que ha quedado en el tacho de basura de la historia y que el pueblo argentino ha sabido hacer de esta fecha un día de memoria, de búsqueda de justicia, y ha sido cada 24 de marzo, a través de las marchas en todo el país, un poco de reparación para las víctimas y para el pueblo que elige que no se repitan este tipo de hechos.
- ¿Quiénes fueron tus padres? ¿Cómo los recordás hoy?
- Mis padres fueron militantes de la Juventud Peronista (JP) y militaron en la campaña de 1973 que llevó a la victoria a Héctor Cámpora. Mi padre era cineasta, además de ser delegado gremial del sindicato de Luz y Fuerza, él trabajaba en SEGBA, hoy Edenor. Mi mamá era modista, vestuarista de cine, teatro y tv. Los recuerdo y los tengo siempre presentes .
- Este año, por la pandemia, las actividades en el espacio para la memoria estuvieron suspendidas. Este lugar es para la promoción y defensa de los derechos humanos. A partir del año 2004 se transformó un lugar que había sido uno de los emblemas del horror de la dictadura en un espacio dedicado completamente a la memoria; pero este 24 de marzo solo ha habido actividades virtuales, se han hecho algunos videos para redes en la Secretaría de Derechos Humanos en los que inclusive participé en su confección porque trabajo allí.
- Presenciaste el momento en que se llevaron a tu tía, Olga País, ¿Cómo recordás aquel momento en el que tenías tan solo 8 años?
- Mi mamá había estado desaparecida y estaba detenida en 1976, mi papá había sido desaparecido también; y en 1977 nos encontrábamos mi hermano y yo al cuidado de mi tía Olga, hermana de mi madre, que era enfermera y que no tenía ningún tipo de militancia política, es más, ella se jactaba de ser un poco gorila inclusive. En este marco, presenciamos con mi hermano la detención, desaparición, secuestro de mi tía, de la cual no supimos nunca más nada, solo que fue personal del ejército. Yo fui a abrir la puerta ese día y cuando miré por la mirilla estaban uniformados. A nosotros nos dejaron ahí encerrados en ese departamento que era de mi madre, y de ella no supimos absolutamente nada más.
- Te uniste a H.I.J.O.S en 1995, año de la conformación de la agrupación, ¿cómo fue ese proceso en que dicha agrupación se consolidaba?
- A mediados de los años 90' participé de los primeros encuentros que confluyeron en la creación de H.I.J.O.S, que es Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio. Esta agrupación nucleaba a hijos de desaparecidos, hijos de militantes que habían sido exiliados, presos políticos y a muchos que cargaban también con la necesidad de resistir y luchar contra la impunidad que existía en ese momento en nuestro país y que tanto había marcado nuestra historia, a tal punto que vivíamos y convivíamos con torturadores, violadores, desaparecedores, genocidas, de un pueblo. Este organismo nuevo de derechos humanos venía a sumarse a la lucha de Las Madres, de Las Abuelas, de los familiares, con una mirada generacional nueva, aportando quizás una mirada joven a lo que era el movimiento de derechos humanos que había resistido a la dictadura, y que ya veníamos de varios años de democracia pero que de continuidad en cuanto a la falta de justicia.
- En una entrevista mencionabas que tu papá, Enrique, tenía que “cambiar de aspecto, tuvo un documento de una persona mayor , se tiñó el pelo de canas...”, ¿Cómo fue vivir parte de tu vida de forma clandestina?
- Durante, o inclusive antes de la dictadura, mi papá al ser un dirigente político, una figura pública, estaba amenazado y perseguido, por lo tanto él buscaba romper esos cercos que había a veces alrededor de la casa que vivíamos con mi mamá para poder venir a vernos. Ya en dictadura se acrecentó mucho más, cambiaba su aspecto, por ejemplo usaba un traje, unas gafas grandes; y cuando estuvimos clandestinos nosotros también con él usaba un documento de una persona de 60 años, mi papá tenía 32 años cuando desapareció, por lo tanto se había teñido todo el pelo de canas, y de esta forma lograba que no lo reconocieran los militares que lo buscaban como una de las personas opositoras a ese régimen.
- ¿Qué sensaciones tuviste al estar presente en el juicio por los crímenes de lesa humanidad y dar testimonio sobre ello?
- En 2003 asumió la Presidencia de la Nación Néstor Kirchner y se reconoció parte de una "generación diezmada". Cuando pronunció esas palabras me sentí aludido porque mis padres eran parte de esa gente que habían diezmado; pero recién a lo largo de su gestión demostró que no eran solo palabras sino que eran hechos, por lo tanto derogó las leyes de impunidad y se pudieron reabrir los juicios de lesa humanidad de la Argentina que tienen un carácter de reparación histórica y vienen a traer un poquito de justicia después de tantos años de una democracia que no puso las cosas como hay que poner. Argentina es el primer país en el mundo que un dictador del tamaño de Videla termina sus días en prisión, así que estos juicios tienen un carácter de reparación histórica y de preparación para un futuro y para que la democracia sea algo sólido; y para que los hechos no se repitan deben ser juzgados.
En mi caso pude llegar a declarar en el juicio de ESMA por la desaparición de mi papá. Sigo esperando que la justicia juzgue los hechos que le acontecieron a mi mamá, así que esto no termina, los juicios continúan al día de hoy y llegan bastante tarde y con jueces que a veces malinterpretan la necesidad de los juicios y no le dan la urgencia que tienen por la edad de los genocidas, y también por la edad y deterioro de las víctimas que declaran en estos juicios.
- David Blaustein produce "Fragmentos Rebelados" (2009), una película sobre la historia de tu padre, Enrique. ¿Qué representan las latas en ella?
- Hacia el año 2001 un equipo de producción liderado por "Coco" Blaustein encara una película sobre la labor de mi padre como cineasta. Mi padre fundó el Grupo de Cine Liberación junto a otros directores, como por ejemplo Pino Solanas, Octavio Getino. Con este grupo difundían películas, "Operación Masacre", los discursos de Perón en el exilio y la película de mi papá que es sobre el Cordobazo que se llama "Ya es tiempo de violencia".
En la casa de mis abuelos en la que fui criado había latas de rollos de filmaciones, proyectos, películas que venía haciendo mi papá que quedaron inconclusas sobre sus proyectos de ficción inclusive, de documentales, de entrevistas, de marchas, de manifestaciones de los años 70'; y un poco la película retrata el contenido de esas latas, y se pudieron recuperar algunos fragmentos de películas, y también los fragmentos de lo que fue la militancia de mi padre con esa doble vida que tenía, de por un lado ser un militante obrero, delegado gremial, y por el otro lado ser un intelectual cineasta con una visión estética de su cine y de su obra.
- ¿Qué le dirías a los jóvenes de hoy?
- Podría pedirles a todos los jóvenes que se involucren en la búsqueda de verdad. Las injusticias que existen en nuestro país siguen siendo muchas, la desigualdad... y que tenemos herramientas hoy en día que no teníamos cuando nosotros empezábamos a militar para difundir y para contrarrestar cosas como las mentiras que siembran los medios de comunicación, que imponen, desde los grandes medios, y que luchen por lo que ellos creen justo, y que desde H.I.J.O.S siempre decimos que "lo imposible solo tarda un poco más". Cuando nosotros empezamos a militar nos dijeron que era imposible juzgar a los genocidas; y lo logramos, junto a todo el movimiento de los derechos humanos. Nos costó muchísimo, pasaron muchos años, pero se pudo hacer, así que luchen por todo lo que crean justo y no se sientan derrotados nunca, que a la larga, como dicen Las Madres, "la única lucha que se pierde es la que se abandona".
Hola Isabella. Te felicito por tu entrevista, realmente me gustó mucho. No solo hiciste una gran elección del entrevistado, sino que también lograste captar muy bien los sentimientos que él quería transmitir e hiciste que se sintiera cómodo aun hablando de un tema tan difícil. Además las fotos que agregaste suman mucho al contenido de la entrevista. Te mando un beso!
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