"Los amigos" - Julio Cortázar

 


En el cuento "Los amigos", incluido dentro de "Final del juego" (1956), la historia superficial nos remite al asesinato que se cometerá en un café de la ciudad, en el horario de encuentro de unos amigos. La víctima será Romero, un viejo amigo de Beltrán. Éste último será el encargado de llevar a cabo la orden de un tal Número Uno. El relato cuenta en un breve paso a paso cómo fue logrado el cometido, y lo ocurrido previamente al asesinato. Llegado el desenlace del cuento se presenta la historia profunda, en la que el lector finalmente comprende que Beltrán es aquel personaje llamado Número Tres, a quien originalmente se le había dado la orden de ejecutar a Romero. Sin embargo, esta revelación no responde a los interrogantes que quedan al libre albedrío del lector acerca del porqué motivo Beltrán acepta asesinar a quien fue un buen amigo durante algún tiempo atrás, qué caminos han seguido que los separó de tal forma, quién es Número Uno y porqué no se sabe nada sobre él, o el porqué se llaman entre sí como números; inclusive quién será el "Número Dos"" restante, existiendo la posibilidad de que Romero lo sea y que esto mismo tenga que ver con su asesinato. Es decir, hay una serie de preguntas que son una incógnita, pero que a su vez generan una tensión en el lector que debe interpretarlas. Del mismo modo, también sucede con la mención del asesinato de Romero al comienzo; causa una inquietud por saber si se logra matarlo, qué pasará en el transcurso, y eso le aporta agilidad al relato. Todo esto ocurre en presencia de una oscilación entre analepsis y prolepsis como recursos que proporcionan un mayor interés en la historia, un ejemplo de ello es el siguiente fragmento: "[…] se acordó (Beltrán) de que había visto por última vez a Romero en San Isidro, un día de mala suerte en las carreras. En ese entonces Romero era un tal Romero, y él un tal Beltrán; buenos amigos antes de que la vida los metiera por caminos tan distintos".

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