Reservoir Dogs (Quentin Tarantino)
Reservoir Dogs es una película estadounidense del año 1992 dirigida y escrita por Quentin Tarantino, siendo esta su debut como director.
La trama nos encuentra con un grupo de seis delincuentes que no se conocen entre sí, por lo que utilizan seudónimos (Sr. Blanco, Sr. Rubio, Sr. Naranja, Sr. Rosado, Sr. Marrón y Sr. Azul) para preservar sus respectivas identidades. Estos son contratados por un mafioso, Joe Cabot, y su hijo Eddie, para robar unos diamantes de una joyería; pero algo sale mal causando la muerte de algunos y la huida de otros, que luego se reencontrarán en un almacén abandonado, en donde la incertidumbre de saber que uno de ellos es el soplón que alertó a la policía, se transformará en el escenario en donde se desarrollará la historia principal de la película.
En ella Tarantino juega con los tiempos, nos cuenta lo que quiere en el momento que él cree conveniente. Los flashbacks y saltos temporales, los cuales son nueve exactamente, por su parte, le otorgan dinámica y ritmo a la trama, generando un mayor interés en el espectador que quiere saber cómo llegaron los personajes a participar del atraco desencadenante de una historia de traiciones, diamantes, colores y mutilaciones. Este es uno de sus grandes aciertos, su capacidad de narrar sin mostrar, de plantearnos la historia fragmentada en capítulos no cronológicos de un atraco que no vemos, incentivando la participación de un espectador activo que entra en el juego de recomponer las piezas de la historia. Al mostrar la historia del Sr. Naranja descubrimos que es un policía encubierto y es quien será el soplón en el atraco. Lo más interesante en este flashback que se introduce es su preparación para demostrarles a Joe y a Eddie (el Sr. Blanco también está presente en el momento en que lo hace) que es capaz de ser partícipe del asalto. Para lograrlo, ensaya arduamente la anécdota que les contará hasta el punto de creer que lo está viviendo en carne propia.
Junto con todo esto, el guion expone ser una pieza clave por su combinación equilibrada de simpleza y complejidad, violencia y elegancia, inteligencia y demencia. Creo que esto se puede verificar en el diálogo con el que se da comienzo a la película durante la escena en el bar, o por la apariencia de los criminales, que visten de traje, tal como sucede en Pulp Fiction (película analizada anteriormente). Además los diálogos están sumamente bien trabajados por Tarantino que, a pesar de ser debutante con este film, a partir de aquí develará la impronta que desplegará a lo largo de su obra, tratándose así de diálogos completamente humanizados y aparentemente descontextualizados para darle una cotidianeidad y realismo a las escenas. Otro aspecto, que me parece característico de Tarantino y que disfruto mucho al ver sus películas, es la elección de la música, que te inserta en un ambiente adaptado a la época de forma alucinante. La escena en la que el Sr. Rubio pone "Stuck in the middle with you" y baila al ritmo de la música mientras tortura al policía que retenían en el almacén, es propia del estilo de Tarantino, que logra combinar una escena violenta con cierto disfrute por parte del espectador.
Por otra parte, el final, repentino y caótico, deja al espectador desconcertado por el simultáneo estruendo de los disparos. Aquí Joe apunta al Sr. Naranja, que yace herido en el piso, el Sr. Blanco a Joe, en defensa de su reciente estimado compañero, y Eddie al Sr. Blanco, protegiendo a su padre. Ocurrido el respectivo tiroteo, el espectador se pregunta porqué muere Eddie, si él aparentemente no recibe ningún disparo, y es que esto no fue ni más ni menos que una jugada casual que Tarantino optó por dejar plasmada en el film por la polémica que generaría, ya que se trató de un error técnico durante la grabación. Luego de que esto suceda, el Sr. Naranja le confiesa al Sr. Blanco que, después del tiroteo, se dirigió a él, que es en realidad un policía. En aquel instante llega la policía, y se escucha un disparo, que pudo haber sido del Sr. Blanco al Sr. Naranja por su traición, pero que queda abierto a la libre interpretación del espectador.
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